Focus group femenino.
- Kokua
- 5 sept 2019
- 2 Min. de lectura

El pasado martes 3 de septiembre a las 17:00 horas invitamos a mujeres de la carrera y de la universidad a asistir a una actividad para nuestro ASE3, el focus group. La intención de esta actividad era recopilar historias sobre los abusos de gravedad "menor" que sufren las mujeres cotidianamente. Al decir gravedad menor nos referimos a actos a los cuales ya estamos acostumbradas y se cree que no se puede pasar día a día sin estos actos. Con esta recopilación tener historias cotidianas que podamos contarle a otras personas para que entiendan que el problema no son solamente los violadores y asesinos, si no que todos nosotros con pequeñas diferencias podemos generar un gran cambio.
El problema con el que nos topamos fue que a pesar de que mucha gente (30 personas) le dieron "like" en la publicación de facebook, nadie acudió más que 2 chicas. Esto fue nuestra responsabilidad por no prever esta situación y no asegurar mujeres que fueran.
Sin embargo aunque solo fueron dos mujeres (4 contándonos a las integrantes del equipo) logramos un pequeño focus group en donde todas llegábamos a la misma respuesta "hasta que aprendí a quererme y por esta razón me alejé de el". Todas contamos nuestra razón de considerarnos feministas, que sufrimos, por que luchamos y el desenlace de nuestras historias. Dos mujeres dentro del focus group lloraron y con este acto es suficiente para confirmar que muchas mujeres, sin haber sido violadas, han sufrido y siguen sufriendo por estas agresiones "de gravedad menor". Por la falta de personas en esta actividad nos recomendaron hacer esa actividad mediante las historias de instagram, una de las chicas menciono que ella ve que muchas mujeres le contestan a la que pregunta y el hecho de que sea por Internet hace que las mujeres puedan hablar sin tanta dificultad sobre sus problemas, cosa que en persona puede que no se sientan en confianza.
A pesar de no ser muchas, fue un ejercicio liberador y generó empatía entre las participantes, sentimos que salimos de ahí con una amiga más y entendimos que en ningún caso la víctima femenina no fue la culpable "por no respetarse" y tampoco es heroína por "aprender a quererse". El agresor jamás debió de haber hecho lo que hizo por sentirse protegido o superior a una mujer.
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